Jue. Mar 28th, 2024

Columna || Hace unos días no publicaba algo de opinión ya que he estado atareado con otros proyectos que giran alrededor de Bizarro Mesa. No obstante, debo decir que también trabajo con producción de eventos y en estos días en los que he estado involucrado en algunos de ellos, me anda rondando en la cabeza una reflexión sobre el negocio y cómo se mueve esto.

Es importante que sepan que detrás de cualquier manifestación cultural hay mucha gente trabajando, con mucha experiencia acerca del tema, pero sin ofender a nadie, siento que la cultura es como el culo de la economía, no sólo aquí en Cali, sino en muchas partes del país.

Por ejemplo, de un concierto de música dependen muchos alrededor (diseñadores, fotógrafos, productores, periodistas, aseadores) pero observo que en el ambiente hay una cultura de comprar en un estanco, entrar borrachos, no consumir en el sitio y salir a comprar una salchipapa, cosa que afecta bastante la economía, si de fortalecer la escena independiente se trata.

Mi pregunta es, ¿a qué se debe? ¿El público no tienen plata? ¿Están muy caros los productos dentro del evento? O es que definitivamente hay una cultura muy chirri en Cali.

Hay un equipo de gente que está intentando desarrollar un mercado donde la música, las bandas y todo lo que hay detrás de ello sea sostenible en nuestra ciudad, pero ¿cómo equilibrar la cultura chirri, los precios de un evento y poder pagar de una manera justa a todos los involucrados?… Otra cosa, ¿cómo dejar de hacer las cosas gratis?

Y esto no sólos sucede en conciertos. Le pasa al teatro, le pasa a la danza, le pasa al deporte, y así…

Sin embargo, a pesar de los obstáculos, el desorden y los inconvenientes, es un trabajo arduo y quijotesco el que están haciendo tras bambalinas colectivos, artistas y productores como Javier Devia, Jaime Manrique, Alex Jaramillo, Mauricio Porras, Mario Cárdenas, Andrés Orozco, Andrés Macías, Adriana Berrio, Patricia Maya, Eduardo Rodriguez, Johnny Leyton, Gio Park, Juan Carlos España, Pablo Gallego, Fernando Jose Henao; la gente de MYNT, La Galería, La Fuente de Soda, y seguro muchos que en este momento se me escapan, para que esta ciudad cambie, haya otros ambientes y manifestaciones.

Hace una semana leí esta noticia “Cali alista su plan para ofrecer actividades culturales las 24 horas” donde pretenden impulsar otras expresiones culturales como la literatura, la poesía y el teatro. A mí me parece muy interesante la propuesta, pero me queda un sinsabor frente a ¿cómo nos vamos a organizar? ¿Será la rumba o los estancos los que sacarán provecho de este plan? ¿Habrán más poetas o más borrachos caminando por las calles de Cali?

El llamado es que estemos conscientes de cómo estamos construyendo nuestra cultura, pues de todos depende que esta economía crezca y sea sostenible. Si el público no consume y los organizadores de eventos no buscan una solución, será muy difícil que la escena cultural crezca y que haya un mercado para que unos vivan una experiencia y otros se especialicen en eventos, producción, logística, roadies, etcétera.

Mucho del crecimiento de la cultura no depende de parcharnos en un estanco a tomar cerveza, y entiendo que la situación está difícil, pero después de esa noticia creo que sí depende de abrir la mente y tomar como reflexión lo importante que es para todos que la escena cultural en Cali madure, si queremos vivir en otro ambiente.