Balsa de Fuego, ¡la música como elixir espiritual y literario!
No recuerdo con precisión el momento exacto, cuándo el Hotel Los Reyes dejó de existir en el trópico caleño, pero sí puedo estar seguro desde mi vocación de cronista sound system que en la primera década de siglo XXI, la calle del pecado se convirtió en el primer laboratorio mágico musical del litoral urbano. Los corrinches de currulao brotaban de forma espontánea con el flow místico de la marimba de chonta y docenas de galonetas de viche. Puro roots y ashe en el intergaláctico trópico chontaduro.
Flash Back
Allí, en el centro del volcán embrujador, que celebraba la dignidad de los pueblos paridos en la selvática percusión del alma de nuestros ancestros, estaba inmerso el periodista, escritor y traductor Juan Carlos Garay, con su barba de rockero setentero y cuyo talento creativo conocía por sus estupendas reseñas musicales publicadas en la revista Semana, y la lectura de su opera prima, la novela «La Nostalgia del Melómano».
Una divertida ficción repleta de imágenes sonoras hacia el jazz, el blues y el carácter aurático de los vinilos, que atesoraba la tienda (Cocodrilo Discos) de su protagonista, Francisco Talavera. Todo esto relacionado con la búsqueda de una rara grabación de “El Ratón”, realizada por Cheo Feliciano que incluye un solo de guitarra de Eric Clapton en 1974, año del nacimiento de Garay en Lima-Perú.
Observarlo en ese contexto festivo de remate del Petronio, en la mítica calle larga de cuatro cuadras, que se mestizaba en un aluvión fascinante de fraternidad, erotismo, arrechera, lumpenaje, y diversidad sexual, significaba comprender la pasión y la vocación de un etno musicógrafo, pues el autor de la novela “La Canción de la luna “, disfrutaba tomando atenta nota de los múltiples paisajes sonoros que nos transportaban a otros umbrales de la existencia, en aquellas noches sin cronometro en la calicalentura.
Años después todas estas experiencias sensoriales, se convertirían en material imprescindible de sus apuestas narrativas, para deleite de su querida especie lectora y melomaníaca sintonizada con sus programas en la Radio Nacional de Colombia y sus investigaciones sobre la salsa en la gélida urbe capitalina, que le significó un premio de periodismo Simón Bolívar en el 2008.
Sinopsis
«Balsa de Fuego» fue el mejor grupo musical onda world music que existió en Colombia. Conozca en 295 páginas su fascinante y excepcional historia, narrada en un lenguaje híbrido entre crónica y reportaje de largo aliento, por un singular periodista de la revista Rock and roll, quien nos invita a conocer el relato de vida de Sebastián Vidales, bajista de Ultratumba, un grupo de heavy metal bogotano de la escena underground.
Un día, en medio de una presentación en la Media Torta, lo impacta un rayo que lo deja inconsciente. A partir de ese momento su destino cambia. Decide estudiar en la India, con el legendario maestro Rash Khan, y en Bombay comienza un viaje iniciático de carácter espiritual con la lectura de los textos sagrados y musical, aprendiendo a tocar el Sitar, que lo llevará de nuevo al útero musical donde surgieron las 1280 almas y los Aterciopelados, para fundar luego junto a una cofradía de artistas, “La Balsa de Fuego”, una banda de rock independiente que redescubre en el folclor colombiano, la base fundamental de su música y cuyas canciones son hipnóticas gemas sonoras.
Una cofradía de músicos, entre académicos, empíricos y callejeros que emergen del asfalto capitalino y las periferias del caribe, enarbolando el espíritu autogestivo frente al capitalismo caníbal de la industria, el desinterés y la ignorancia de los mass media, terminan grabando tres discos que revolucionan la escena musical alternativa, influyendo en la reconfiguración del mapa sonoro, mestizo y multicultural del país, no sin antes enfrentar la censura e intolerancia de fanáticos religiosos y ser víctimas de empresarios inescrupulosos en su corta pero agitada vida artística.
Coda
“Balsa de Fuego”, es una novela editada por Alfaguara y dividida en tres partes (el embrión, la fragua y el desquicio), cuyo eje central es la música y su relación umbilical con la ciudad, el espacio urbano, el cambio climático y la cultura en Colombia.
Tejiendo y destejiendo los puntos de fuga de la realidad contemporánea con fina sutileza, su autor, nos invita a navegar un océano narrativo de ritmos y aires, a través de su personaje principal, Sebastián Vidales, donde la música es una forma de viaje, de desplazamiento, de travesía generacional a través de su misticismo espiritual hindú que atraviesa dimensiones cósmicas y cosmogónicas por el encuentro con las sonoridades de Los Gaiteros de San Jacinto, Totó La Momposina, Antonio Arnedo, Curupira, Yuri Buenaventura y la Mojarra Eléctrica, y el reconocimiento de la tercera raíz: la africana , en el festival Petronio Álvarez.
Este es un libro apasionado, intenso, erudito donde Juan Carlos Garay homenajea a los músicos colombianos, reivindica el folklore urbano de las músicas, inquietas y transgresoras de las fronteras que trazan los géneros, explorando el cruce de varias culturas musicales, mediante el sonido, la inclusión de tradiciones musicales raízales de las costas de nuestro país y la búsqueda estética de un nuevo lenguaje dentro del mestizaje sonoro, el cual termina documentando uno de los momentos más interesantes de la música colombiana, contando otras historias del país, diferentes a las que cuentan los géneros musicales establecidos. ¡Ay, ¡La balsa de fuego, va sola, va sola!
Bonus Track
En el Katha Upanishad hay una escena de un niño, Nachiketas, que se entregaba voluntariamente al sacrificio máximo, la muerte. Y la muerte le devela los secretos que conducen al cielo a través del fuego sacrificial, asegurándole que solo quien conoce al dios del fuego conoce todas las cosas. Por alguna razón, la imagen lo lleno de escalofríos y lo hizo cerrar el libro.
Juan Carlos Garay