Jesús David Rodríguez, un artista que investiga, apoya y difunde el arte urbano de Cali

Es denominado por muchos como vandalismo, rebeldía e irreverencia y por otros como arte urbano; un medio de libertad de expresión que a lo largo del tiempo ha traído consigo una evolución que causa  gran impacto. Este arte ha estado desde siempre en todos los alrededores, dándose a conocer y haciéndose escuchar de  manera diferente, causando un efecto en cada una de las personas que lo ven.

Foto: Andrés Aguilar Mendez

Aquí  en Cali  cada vez se reconoce más esta cultura artística, logrando el apoyo de algunos ciudadanos, aquellos que reflexionan sobre el talento de estos artistas y ofrecen ayudas que los incitan y fortalecen a mantenerse en este movimiento. Los rechazos también se han hecho presentes, aunque esto no es una excusa para dejarse decaer.

Tuve el placer de entrevistar a Jesús David Rodríguez, joven diseñador gráfico de la Universidad del Valle, promotor del proyecto Gráfica Mestiza, que junto a su equipo se han encargado de investigar, apoyar y difundir el arte urbano en la ciudad de Cali.

Al mirar la revista Gráfica Mestiza, nos pudimos dar cuenta que este es un proyecto, además tú hiciste alguna mención de eso cuando nos presentamos, conociendo esto, ¿cómo y por qué empieza este proyecto?

Existen dos proyectos de los que hago parte, Gráfica Mestiza es el proyecto principal mío y del cual soy director. Nace más o menos en el 2010 como colectivo con un interés personal, ya que desde el 2008 empecé a investigar sobre el graffiti. Me interesaba el arte urbano, buscaba por internet y preguntaba, pero no había mucha información de lo que estaba pasando aquí en Cali, así que me puse a buscarla. Empecé a tomar muchas fotos y terminé con 2000 fotos de graffitis de aquí de Cali y me pregunté, ¿si hay bastante, porque nadie ha hablado? Pues alguien debería empezar hablar sobre eso.

¿Por qué te interesa el arte urbano?

Bueno yo estudie diseño gráfico y me gusta la comunicación alternativa y me parecía que el graffiti era un medio muy diferente, muy chévere. No tienes que pedirle permiso a nadie, entre comillas, podés decir lo que querás, sea bueno o sea malo; es una forma muy abierta de expresión que tiene su lado legal e ilegal… que también me parece chévere, porque como que le da más fuerza. Si vas a criticar algo, es porque en realidad quieres criticarlo.

Sabes que estuve leyendo en internet sobre el graffiti y vi una pregunta que me causó un poco de curiosidad. «Al ser ilegal el graffiti, ¿eso lo hace más atractivo?».

Depende del mensaje que quieras transmitir, por ejemplo aquí en Cali hay mucho mural, mucho arte urbano y la mayoría con permiso, pero no están criticando algo así como políticamente.

No están afectando a nadie…

Sí, como que no es tanto el choque, entonces pues pueden pedir permiso y es más válido porque la gente los va a apoyar.

Es decir que no se meten en conflictos controversiales.

Exacto, por ese lado no es tanto la cuestión que se legal o ilegal, pero por ejemplo están los de letras, los de hip hop, a ellos no les gusta mucho pedir permiso y rayan más bien por inconformidad, porque estoy en contra, porque me quiero mostrar, pero a la vez me tapo, me quiero ocultar. Entonces es como una vaina así, ese sí tiene el tema ilegal más ahí.

Por ejemplo, hay un graffiti que la gente ve cuando va pasando por el Hospital Universitario del Valle, está en los muros del Club San Fernando, es de unos políticos desangrando a una persona en una camilla, ¿ese es de un tipo controversial?

Sí, esos sí son controversiales.

Foto: Andrés Aguilar Mendez

¿Cuál es el objetivo del proyecto Gráfica Mestiza?

El objetivo de nosotros, como te decía desde el principio, era conocer algo que todo el mundo ve, pero no todo el mundo sabe qué hay detrás. Entonces siempre están los mitos que no, es que son unos gamines, que son unos vándalos, que eso lo hacen de noche y bueno, mil cosas. Mi interés es que la gente digamos, si le gustó bien si no le gustó bien, pero que juzgue con conocimiento del tema, porque llegan a uno diciendo, ¡ay no, es que eso es satánico!

Mejor dicho, que no critiquen si no saben…

Exactamente, que la gente sea crítica y con su crítica diga, “a no, yo no sabía, ahora lo entiendo y me parece bueno”, o “esto es una bobada, pero ya entendí porque hacen eso, pero igual no me gusta” y listo. Mi interés es comunicar, investigar, para poder comunicar qué hay detrás de las cosas, que la gente entienda y ahí que mire si le gusta o no.

¿Para ti que es el arte urbano?

El arte urbano es un modo de expresión libre, de no estar encasillado en una técnica como tal. Puede ser con aerosol, con vinilo, con tiza, con carteles; es una técnica muy libre, que se da en la calle principalmente y aparte de ser como una técnica. Se ha vuelto todo un movimiento artístico, cultural, que hay que tenerlo en cuenta.

A mí me parece que son medios de expresión, cada quien se expresa por lo que quiere, por lo que le gusta, pero ¿por qué ser el promotor de esto?

Pues primero porque por ejemplo hay desconocimiento, pero por otro lado hay gente que quiere hacer cosas y muchas veces no tienen las posibilidades de hacerlas. Hay mucha gente que quisiera vivir de ser artista, de pintar murales, pero si no hay las condiciones, no hay el reconocimiento.

Foto: Andrés Aguilar Mendez / Mural: Nativa

Bueno y ya que hablas de eso, ¿se puede vivir de pintar murales?

Sí.

¿Y cómo es eso?

Ahí está la vaina.

Sabes que eso es curioso e interesante porque yo pensé que lo hacían como por pasatiempo o cosas así, es decir, pintas, pero también tienes un trabajo que te sostenga…

Hay personas que empiezan así como tú lo indicas, pero hay otras que se dedican solo a pintar y viven de eso, les toca trabajar más de ocho horas pintando, bocetando, investigando en la casa para luego ir a pintar, es como si tuvieran un trabajo.

Si, ¿pero quién les gratifica eso?

Por proyectos, por festivales, hay gente que hace obras también a parte de los murales y depende de su obra, también por becas, convocatorias. Por ejemplo La Graffitería nace parte de eso, es un espacio cultural, donde vendemos productos de diferentes artistas urbanos, ilustradores, grafiteros y diseñadores. Nos dimos cuenta que  por ejemplo, vos pintas ese gato por todo lado en la ciudad, ¿por qué no lo sacas en una camiseta?

Entre otras cosas, ustedes ayudan a estos artistas…

Claro.

Foto: Andrés Aguilar Mendez

¿Los promueven en La Graffitería, para que otra gente los vean?

Sí, porque hay gente que ya le gusta y nos dimos cuenta con la página web y todo el cuento, la revista y libros que sacamos, dicen “a mí me gusta tal artista y si yo pudiera comprar algo de su trabajo pues lo haría, y no es que tenga para comprarme un cuadro de cuatro millones, pero en una camiseta sí”, entonces hay artistas que vieron esa posibilidad y empezaron producir.

¿Ya hay muchos conocidos aquí?

Sí.

Como te digo, no pensé que se podía vivir del arte urbano…

No necesariamente todos los artistas urbanos tiene que vivir del arte, pero si hay gente que puede hacerlo, es más, la investigación que hice para la tesis cuando estaba en la universidad, hice una análisis entre graffiti y post-graffiti y uno de los resultados que arrojo fue que, de los diez que más pintaban aquí en Cali, nueve eran egresados y estudiantes de diseño o artes plásticas, o sea, eran profesionales, y ¿de qué van a vivir? Por más que sea un pasatiempo ellos siguen ilustrando y pintando en su vida profesional.

Jesús, para finalizar, ¿cómo encasillas el arte urbano en Cali?

Aquí hay de todo. Hay de graffitis hip hop, están los de las letras; hay mucha fauna, con el tema de animales, otros con el tema de identidad y de las raíces también se ve.