El Ministerio de Cultura de Colombia cambiará de nombre

La ministra Patricia Ariza radicó este miércoles un proyecto de Ley en el Congreso para que el Ministerio de cultura se llamé “Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes” #MiCasa.

Patricia Ariza, ministra de cultura de Colombia, a través de una entrevista con El Espectador, habló sobre el cambió de nombre del ministerio, el “gran estallido cultural por la vida y la paz”, la pandemia, la burocracia y eficiencia; el balance de la “economía naranja”, el presupuesto nacional de cultura y la conexión que tendrá con el Ministerio de Educación.

Todo inicia con el cambio de nombre del Ministerio de Cultura, ya que este miércoles se radicó un proyecto en el Congreso para que ahora se llame el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes (Micasa), como un reconocimiento a la diversidad que existe en el país.

Pero de ahí se despliegan otros temas como el “gran estallido cultural por la vida y la paz”, una creación colectiva que es apoyada por el Ministerio de Educación, el cual se extenderá por 200 municipios del país y varias ciudades del mundo, para lograr que la paz en Colombia tenga una dimensión cultural. 

Este proyecto contará con universidades, cajas de compensación, cooperativas, sindicatos, teatreros, músicos, grafiteros, pintores, cirqueros, poetas, bailarinas y artistas que hacen parte de la cultura colombiana. 

Cabe decir que todo esto estará compuesto por unos ejes estratégicos como Cultura de Paz, para que la paz, como la dignidad, se haga costumbre. Arte para la Vida, el cual se centrará en la atención a los artistas y creadores; la valoración del arte como ejercicio de la libertad, y Colombia en el Planeta y el Mundo, para cambiar costumbres, hábitos de consumo y la forma de alimentación. 

Patricia Ariza también habló en la entrevista sobre las redes culturales creadas en estos años, como la red de bibliotecas, las escuelas taller, los programas de concertación, estímulos, formación, salas y los espacios de cultura independientes que son un ejemplo para América Latina pero que con el tiempo se han burocratizado y las artes, los saberes, el patrimonio y las poblaciones, han perdido la centralidad que deberían tener.

“Reconozco que en el Ministerio hay gente muy buena, que cree en lo que hace y lo hace bien, con amor e inteligencia; pero también, como se ha denunciado, y pasa hoy en casi todo el Estado, hay quienes hacen parte de lo que llaman nóminas paralelas, las “corbatas”. Estamos investigando y vamos a llamar a la Procuraduría General para que nos ayude a que estén solo los indispensables. Y para que en el futuro inmediato los recursos se inviertan como se debe, de la mejor manera. Que lleguen a los territorios”, declaró la ministra en El Espectador.

Sin embargo, aunque el gobierno anterior redujo gran parte del Ministerio a las industrias culturales y creativas con su propuesta de “Economía naranja”, está claro que para este gobierno, esta estrategia no será el centro de la política cultural del Ministerio.

Por otra parte, el presupuesto nacional de cultural, según la ministra, luego de varias reuniones con el equipo de gobierno y con el ministro de Hacienda se logró un aumento de $200.000 millones. Con esa adición el cálculo sería de más de $600.000 millones anuales, el más alto que ha tenido el Ministerio de Cultura en toda su historia, pero continúa siendo muy bajo en relación con todas las necesidades que tiene.

La buena noticia es que en sinergia con el Ministerio de Educación, regresa la formación artística a los colegios, escuelas y comunidades del país. El arte y la cultura recorrerán municipios y colegios, donde los artistas y sabedores populares enseñaraán sus artes y saberes.

Así mismo, ante un sector cultural tan golpeado durante la pandemia, MinCultura trabajará por el Estatuto del Artista, la defensa de los grupos, artistas alternativos, comunitarios y de barrio, la juntanza, la olla comunitaria, la fraternidad y la hermandad.

Además las propuestas que tiene el Ministerio para los siguientes sectores son:

Música:

Terminar de construir una ley consensuada. Que las músicas suenen en todas las esquinas. Y construir un sistema de formación de orquestas.

Lectura:

Fortalecer las bibliotecas públicas y que el programa nacional de lectura, escritura y oralidad fortalezca las escrituras creativas. 

Cine:

Incrementar el fondo para el cine y que las producciones colombianas tengan las mismas posibilidades que las co-producciones. 

Dotar de cámaras a los y las jóvenes y adolescentes para que enseñen a mirar la realidad con otros lentes y con otros ojos.

Literatura:

Trabajar en el relato, tejiendo las historias del paso de la guerra a una era de paz. 

Artes Plásticas:

Llenar el país de murales por la paz y por la vida.

Teatro:

El teatro colombiano como patrimonio intangible de la nación.

Fuente | El Espectador


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