¿Por qué nos cuesta tanto reciclar a los colombianos?
Reciclar es una de las cosas que podemos hacer para evitar que nuestros residuos plásticos terminen en la naturaleza, pero las tasas de reciclaje en el país siguen por debajo del promedio mundial. ¿Qué podemos hacer para mejorar esta situación?
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Cincuenta años después de que se conociera el símbolo universal del reciclaje —el triángulo compuesto por tres flechas, como representación de un ciclo que no tiene fin— aún no logramos que estas tres simples acciones sean la regla de oro a la hora de disponer los residuos en los hogares colombianos.
De acuerdo con Superservicios, en el país se generan 11 millones de toneladas de residuos sólidos al año (2017). Sin embargo, solo se recuperan cerca de un millón de toneladas, de las que el 10%, es decir, cerca de 94.500 corresponden a materiales plásticos.
Limpiar, secar y separar
Pero este panorama puede cambiar. Aunque el reciclaje requiere de una logística compleja y de tecnología especializada, depende fundamentalmente de las decisiones que tomemos a la hora de disponer los residuos en casa.
Si no separamos correctamente, los materiales se contaminan, lo que impide que se reincorporen en la cadena de reciclaje, y terminan en rellenos sanitarios, donde les toma años descomponerse —incluso siglos—, o en la naturaleza.
Si separamos, limpiamos y secamos los residuos, el reciclador de oficio o gestor privado, podrá seleccionar y transportar los materiales hasta los centros de acopio. Allí, el material es separado y almacenado en bodegas.
El plástico, por ejemplo, es un material complejo para la separación, porque existen diversos tipos y colores, por lo cual requiere un proceso de pre-transformación, en el que se lava, seca y muele o aglutina.
El material que se obtiene en este proceso, se incorpora en nuevos materiales para la elaboración de nuevo plástico. Después de esta transformación, las empresas compran el material para fabricar nuevos productos y venderlos en el mercado.
¿Por qué reciclar?
Ante una crisis ambiental sin precedentes, derivada en parte del consumo desmedido de productos de único uso y eliminación inmediata, es fundamental reciclar las materias primas provenientes de la naturaleza, para reducir la presión sobre los ecosistemas de los que estamos extrayéndolos, una y otra vez. Además, de reducir la generación de residuos.
La contaminación por plásticos es una muestra contundente del impacto ambiental de una cultura de consumo único y masivo. Lo usamos todos los días, varias veces al día. ¿Cuántos van a la basura de inmediato?
En poco más de 15 años, el consumo de plástico aumentó 20 veces y de continuar a este ritmo, podría duplicarse en otros 20. En el escenario actual, esto significa más residuos de los que podemos manejar.
Fuente | WWF