En respuesta a Shock: ¿Por qué en Cali la cosa no cuaja?
Este sábado, después de leer el artículo “Cali vs. Cali: notas sobre la industria musical caleña” que publicó Shock, me fui con un sin sabor a gozarme el Festival Viva el Planeta en el Teatro al Aire Libre Los Cristales.
Cabe decir que el artículo no es malo, pues identifica algunos problemas por los que atraviesa el sector de la música en la ciudad, pero debo subrayar que para entender la movida de la escena caleña, hace falta vivirla desde las entrañas.
Es cierto que Bogotá y Medellín nos llevan ventaja, pero eso hace quince años no era así, y a partir de ahí hablamos de procesos.
Nuestra ciudad sí va por buen camino, ejemplo de ello es el trabajo que viene desarrollando La Topa Tolondra, donde el público paga por ver a los artistas nacionales e internacionales en vivo.
El FIURA continúa dándole sinergia al movimiento rockero en Cali desde la universidad pública con festivales como Viva el Planeta que convocan a más de ocho mil personas.
O La Divina Sessions, el evento que agrupa varios géneros en distintos escenarios, logrando un encuentro alternativo de ciudad con un crecimiento interesante.
Además, hace poco Cali Music Hall abrió sus puertas, un espacio dedicado solo a mover conciertos. Un extraordinario proceso que se une a Cali como ciudad.
Qué pasa entonces, ¿por qué la revista Shock publica un artículo diciendo que aquí la cosa no cuaja?
Hablamos de procesos
Si una ciudad no implementa procesos y si no hay ayuda para que se desarrolle un sector, estamos meando fuera del tiesto.
Por ello uno de los problemas que tiene el sector musical en Cali es que existen entidades, bandas, artistas y procesos creativos, que son tan fuertes que copan el surgimiento de nuevas expresiones.
Y en cuanto recursos para la realización de eventos por parte de las Instituciones, estos van dirigidos a dos grandes eventos, Petronio Álvarez y la Feria de Cali. Además, la empresa privada poco se asoma por estos lares.
Entonces habría que preguntarse, ¿qué potencial tiene esto si más o menos es un poco lo mismo y son pocas bandas que han salido a delante?
Pareciera que lo que hay es un monopolio cultural y de gestión que no ayuda a que el sector musical despegue, con la extraña paradoja que somos la ciudad más creativa de Colombia.
¿Dónde está el orgullo caleño?
Quizás el problema es la falta de conciencia que tenemos sobre nuestra ciudad, pues nos falta abrirnos al mundo y ser más atrevidos.
Somos una ciudad mulata con la mitad de su población afro rica en sabor y ritmo, que no es consciente y no se valora. Un ciudad provinciana y conservadora que no avanza y que le falta identidad musical.
Hace quince años se decía que era muy difícil tocar en Medellín y la ciudad lo logró. Y si allá se logró, ¿por qué en Cali no?
Una de las explicaciones es que el paisa cree más en su ciudad, es más solidario con el otro, mientras el caleño es más rosquero y no comparte el orgullo de poner el sector musical donde debería estar. Algo que debe cambiar.
Pero Cali ha logrado algo que es increíble; ser la ciudad salsa en el mundo. Un golazo en términos de percepción y crecimiento del género que no se ha dejado devorar por el reggaeton.
Falta de apoyo
El tema es que hay un potencial tremendo con la música y los artistas caleños, pero si no se apoya y no se ayuda a que se desarrolle un sector, seremos una ciudad atrasada.
Decidir ser una ciudad que quiere entrar en el negocio de la música implica tomar decisiones. Y si las instituciones quieren que esto pase, tienen que brindar el apoyo para tener lugares donde tocar, para tener empresas que administren la música y no gastar cifras muy elevadas en un festival que en sí no desarrolla el sector musical.
Pareciera ser un asunto político anclado a una celebración de la cultura y es una falla que festivales como el Petronio Álvarez, el MEC o el Mercado Musical del Pacífico, aún no sean la base para el desarrollo del sector musical y artístico de la ciudad.
Las Instituciones
Valdría la pena preguntarse, ¿cuál es el plan de desarrollo socio económico para sector cultural y artístico que proponen los nuevos candidatos a la Alcaldía de Cali?
Pues aunque es responsabilidad de las Instituciones entregar escenarios públicos con buen contenido a su ciudadania, sigue existiendo una brecha entre el sector público y privado.
Escenarios limitados, problemas para hacer eventos y más trabas que apoyos. Un problema que no es solo de Cali, también pasa en Medellín y en Bogotá.
Ahora veamos quién está gobernando el país y en qué renglón de su plan de gobierno está la cultura, más allá de la economía naranja, pues aún no se ve una industria musical funcionando cada ocho días en la ciudad.
Además en el ambiente ronda que el público no tiene dinero para pagar la entrada a los eventos alternativos y que lo eventos comerciales como los de Reggaeton son puro lavado de billete, ya que muchas entradas las regalan.
Un tema que deberían investigar a fondo Shock, Semana o El Espectador.
A eso le sumamos que la emisoras locales no ponen sonar ni son noticia dentro de su parrilla de programación, artistas como Alto Volumen, Son 21, Dawer & Damper, Zalama Crew, Valles T, Sara Acero, Lazy Dogs, Emci Rimas, Junior Zamora o Superlitio.
No es un problema de Cali, es un problema Nacional
Una situación que sucede en el ámbito nacional y regional, donde muchos de los problemas se concentran más en la guerra, en el conflicto y no en fortalecer la cultura y la educación en el publico colombiano.
Es por eso que si las instituciones no lo hacen, lo tienen que seguir realizando personas como Javier Devia, Mario Cardenas, Alex Jaramillo, Andrés Orozco, Cedric David, Juan España, Sergio Vargas, Renso Delgado, Camilo Medina y un montón de gestores musicales que se me escapan en este momento, quienes han levantando la cabeza para ver y creer en el potencial que tiene esta ciudad.
Las bandas hablan mucho pero trabajan poco
Así que la crisis que menciona Shock no es una crisis de escena en Cali, es una crisis de identidad musical y cultural en el país.
Un país que piensa en hacer plata a través de la vida fácil, que quiere trabajar poco y ganar mucho, y que quiere robar porque sabe que a los dos días está absuelto.
¿Qué mensaje deja eso a los artistas y al publico caleño? Que esto es Springfield y que aquí no se necesita trabajar.
Y por eso hay muchas bandas que hablan mucho pero trabajan poco. Artistas que no se mueven los 365 días del año pero hablan mal de la escena mientras les salen telarañas esperando que los llamen de Estereo Picnic o que los contacten de la Feria de Cali para preguntarles cuánto cuesta un show.
Entretanto, bandas como Ra La Culebra están creando sus propios shows y sus propios festivales metiendo a más de 10 mil personas a sus escenarios. O La Mambanegra, una banda que ha estado en más de 24 ciudades del mundo y son la sensación en Europa.
Así que si las bandas ven carencias en el sector musical de Cali, tienen que trabajar en ellas, no solamente pararse desde una tribuna y no hacer nada ni potenciar los esfuerzo invisibles y el trabajo que otros vienen desarrollando.
Dicho brevemente, si perteneces a una banda caleña que no vende entradas, o eres un gestor que no ve un norte claro y ves que la escena no se mueve, no te quejes por falta apoyo, ¡lo que te falta es ponerte a trabajar!
Autor | Bizarro + Mesa