Tentempié cultural en el Museo de la Caña de Azúcar, Hacienda Piedechinche

Si la historia y la arquitectura colonial latinoamericana, los muebles y trajes de época, los carruajes victorianos, el azúcar y el sincretismo cultural entre España y parte de lo que fue Nueva Granada son de tu interés o si compartes, al menos, uno de estos elementos conmigo, podrás disfrutar tu recorrido en el Museo de la Caña de Azúcar: Hacienda Piedechinche, ubicado en el Valle del Cauca, a 45 kilómetros de Cali.

Es un museo a cielo abierto, y de acuerdo a la clasificación patrimonial propuesta por el Instituto Latinoamericano de Museos de Costa Rica, puede categorizarse como patrimonio construido [1], tanto por la casa histórica [2] que posee, como por las construcciones militares y públicas [3] que están en su interior.

La casa colonial, edificada en 1715, por el matrimonio de José Sebastián Borrero y Josefa Costa —representantes de la corona española— funcionó como casa habitación hasta 1941, época en que los trapiches y ranchos fueron utilizados para la producción interna de productos de autoconsumo; del 13 de junio de 1942 hasta el 1° de noviembre de 1944 la hacienda formó parte de la Central Azucarera del Valle S.A., que el 2 de noviembre de 1944 cambió de razón social y se convirtió en Ingenio Providencia S.A., empresa que realizó la investigación histórica del actual Museo de la Caña de Azúcar.

La casa está compuesta por dos plantas, en las que encontrarás una diversa variedad de objetos decorativos, de uso doméstico, de trabajo y de transporte —que expresan las costumbres socioeconómicas y culturales españolas, inglesas y francesas traídas a América desde el siglo XVII hasta principios del siglo XX—  que te permitirán identificarte con exvotos; máquinas de coser, de escribir y registradoras; camas de estilo rococó en las que te hubiera gustado (o no) dormir, galápagos para montar a caballo como toda una dama y victorias para viajar cómodamente de un lugar a otro. En el anexo, conocerás una cochera tradicional, que conserva molinos para extraer la caña de azúcar y otros elementos para la producción de este insumo y sus derivados, como el guarapo, la panela y el pan de azúcar.

Durante esta exposición permanente al aire libre, descubrirás, además de todo lo anterior, un acueducto del siglo XIX, un oratorio y un diseño paisajístico que considera el cuidado del medio ambiente, ya que no se ocupan productos artificiales para su conservación.

Para aprovechar al máximo tu paseo cultural, olvídate de ser un visitante silencioso. Busca con ayuda de los guías del Museo, con todos tus sentidos —en este caso, más con el con el gusto y el olfato— y con base a tus experiencias de vida y académicas, la mejor forma de dejarte sorprender y cautivar por la magia de este patrimonio cultural.

Ten presente que cuando acudes —en línea o físicamente— a un museo o centro cultural es importante que tu recorrido se lleve a cabo desde distintas miradas: no te concentres sólo en lo que sabes o crees conocer de ese espacio, considera que puedes enriquecer tu encuentro con el arte y la cultura si ves a detalle piezas y objetos que te llamen la atención, no sólo por sus características visuales, sino también por lo que crees que representan, por lo que te hacen sentir y por el lugar  —imaginario, quizá—  al que pueden transportarte. Asimismo, recuerda que lo que percibes puede conectarse con situaciones y lugares que ya conoces; por lo tanto, tu visita puede concientizarte sobre una situación específica, haciéndote más empático y tolerante ante ella; de igual modo, puede proporcionarte información nueva acerca de un tema en particular y finalmente, sin importar qué aprendizaje obtengas, siempre podrás compartirlo con alguien más.

Escrito Por Daniela Ekdesman Levi
Nodocultura

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Agradecimientos, permisos fotográficos e información adicional:
Liliana Guerrero. Promotora del Museo de la Caña de Azúcar: Hacienda Piedechinche
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