Jue. Mar 28th, 2024

“Nuestra forma de alimentarnos ha cambiado más en los último 50 años que en los 10.000 anteriores” (Food Inc, 2009) Todos tenemos algo para decir al respecto de la comida: sabores que nos traen memorias, creencias, rituales, hábitos, recetas, etc.


El acto de comer, cotidiano y común en toda la humanidad, es un acto emocional e íntimo; un punto de convergencia que es clave para hablar de muchas temáticas, ya que la comida está presente en la literatura, la economía, el cine, la política, la televisión, la música, entre otros.

Abordar el tema de la cocina desde ángulos sociales o culturales no es tema nuevo, la antropología y la historia lo han estudiado en el campo académico.

No obstante, la intención de este texto es divulgar las infinitas conexiones que se pueden establecer con los alimentos y el lugar que ocupa el acto de comer en la sociedad actual, además de reflexionar acerca del rol activo que todos tenemos y olvidamos o nos hacen olvidar.

¿Qué podemos observar cuando examinamos la cultura contemporánea a través de los lentes del acto de comer? Internet, apps, Instagram, canales de comida en youtube, Máster chef, en conclusión muchas reseñas, recetas, chefs y restaurantes, ¿pero qué hay más allá de las imágenes de comida que inundan nuestras pantallas? ¿Cuál es nuestro papel como consumidores en esta dinámica?

Cocina & periferias, es una invitación para poner sobre la mesa diferentes lecturas sobre lo que comemos, por ejemplo ¿por qué decides comerlo? ¿Dónde lo compras? ¿Cómo lo cocinas? Aspectos que hacen parte de una narrativa determinada.

Como el fenómeno de la comida internet, donde una fotógrafa estadounidense crea muestras de color Pantone con los colores naturales de la comida, desde su cuenta de instagram #PantonePosts.

One year, two perspectives. This image is part of a 365(+1) project, my friend Tilo and I are working on. If you want to see more, check out our website zweisichtig.de.

O el resultado de una búsqueda rápida en Google imágenes de las palabras «food y comida» es un collage audiovisual a base de hamburguesas, bodegones de frutas y verduras, sushi, donuts, batidos detox, que recorren todos los colores habidos y por haber, un claro ejemplo del food media.

Con imágenes coloridas y perfectas son representados los alimentos que vemos a diario a través de las pantallas de computadores y teléfonos. Así se construye gran parte de nuestra relación con la comida actualmente.

Vivimos rodeados de imágenes y artículos relacionados con lo que comemos, pero ¿esto hace que realmente sepamos más sobre alimentación o estemos más interesados en aprender sobre ella?

Es evidente que las conversaciones en torno a la comida ocupan una parte importante de la red, pero lo que no está tan claro es si el contenido de esas conversaciones va mucho más allá de un simple “me gusta” o de aumentar con nuestros clicks la viralidad de un video en el que un par de manos preparan recetas.

No sabemos mucho acerca de lo que comemos, pero está claro que nos gusta ver comida en nuestras pantallas. Nunca antes en la historia se había producido tanta comida con tan pocas manos y probablemente nunca antes tanta gente había estado tan desconectada de esos modos de producción como lo está ahora.

La comida es la parte visible de una cadena y un sistema en crisis; la industrialización se ha empeñado en desconectarnos de su fuente, ¿pero por qué? ¿Cuáles son las consecuencias de apartar de la ecuación, la raíz del resultado final?

Cuando desconocemos la conexión de la tierra con lo que comemos, corremos el riesgo de sufrir una amnesia cultural, engañosa y peligrosa. No sabemos el tipo o calidad de la comida, ¿de dónde viene? ¿Cómo fue producida? ¿Qué ingredientes contiene? Consumimos con facilidad lo que se nos ofrece y reemplazamos nuestras raíces y tradiciones alimentarias por el formato más rápido y conveniente.

La comida se convierte en una idea abstracta, algo que se ignora hasta que aparece en el supermercado o en la mesa, nuestra capacidad de elegir queda presa de los intereses y maquinaria de la Industria.

Somos consumidores pasivos que pagamos sin ninguna protesta, lo que nos cobran, sin saber si es fresco, desde dónde fue transportado, qué tan procesado es, o su valor nutricional real.

Tomar decisiones propias y ejercer el derecho de elegir, no sólo lo que nos llevamos a la boca sino también la oferta de alimentos, defender la soberanía alimentaria, son cuestiones que involucran nuestra libertad.

Comer es un acto político, como lo es todo lo que hacemos en nuestra vida. Y como todo, cada gesto que hacemos y cada decisión que tomamos, tiene un impacto en el mundo.

La comida es política, las semillas y su forma de cultivo, los métodos de producción y su costo medioambiental, el modelo agroalimentario y la deslocalización, las formas de consumo, la distribución y el precio de los alimentos. Una razón para comer de forma responsable es siendo libres para tomar decisiones propias.

En un momento en el que nuestra identidad está ligada a lo que colgamos en redes sociales, la comida ha pasado a formar parte de nuestros mundos virtuales, tanto como la ropa que llevamos.

Hacer visibles las conexiones detrás de la imagen, cuestionar la imagen para comprender la realidad y con ello la oportunidad de realizar pequeños cambios que den espacio a una cadena y sistema alimentario alternativo es necesario.

El bufé está puesto para conversar sobre el mundo de la cocina y su periferias, explorar su evolución, retos, soluciones globales y locales. Un menú de lo más diverso, desde justicia social, tradición e innovación, tecnología, medio ambiente y artes, porque comer es más que sentarse en la mesa.

Autora | Diana Moreno