Delirios del pensamiento
Como quiero vivir no tiene precio.
Tan solo los ángeles saben la verdad.
Detrás de la luz,
la cara del diablo nos mira y la belleza se pierde entre la noche.
No puedo,
no llega.
Estoy oxidado.
Desquiciado.
Perdido entre palabras y poemas viejos.
Recordando la primavera.
Envejeciendo sin miedo a morir.
Con el talento arrugado
y el amor escapándose entre los dedos.
Mira la lluvia.
Limpia tus miedos.
Organiza tu alma y piérdete entre La Barra y Providencia,
y cuando ya sea el silencio de la las once,
procura escribir algo que salga del alma, mientras escuchas lo mejor de Rachmaninov.
Algo tiene que salir de ahí.
de tus miedos,
de tus recuerdos,
de tu dolor,
de tu amor,
de tu Dios,
de tu presente.
Ese que azota las ideas contra las estrellas para negociar con los pensamientos del prójimo.
Bueno,
olvidemos lo que he dicho,
se trata de interpretar.
Te ofrezco mi verdad,
la única que conoces en silencio.
Te ofrezco mis pensamientos diferentes.
Oscuros como una flor de loto.
Te ofrezco mi espiritualidad que arde entre tanta apariencia.
Un piano de cola.
Dos gallinas y un pato.
Quizás así arreglemos nuestros problemas.
Aquellos que han dañado tu corazón y nuestra conciencia.
tus alas y mis vientos.
Ya es tarde.
Hora de ir a volar.
Mañana hay que descansar.
Me despido.
Adiós capitán
¡Cuídese!
Y no se inquiete…
la vida sabrá por donde llevarlo.
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