Vie. Jul 26th, 2024

[Columna] Ayer caminando por las calurosas calles de Cali me encontré con un amigo que es pianista y trabaja en la Universidad del Valle, después de saludarlo me preguntó:

— ¿Vas ir a la marcha del Paro Nacional el 24 de enero?

Antes de responderle hice silencio y pensé lo que tenía que decir —Sí, creo que voy a ir pero debo confesarte que tengo mis opiniones y un sabor amargo por las marchas.

— Y qué opinas.

Mi hermano he participado en marchas, foros y encuentros para exigir democráticamente un cambio por algo que no está bien, pero siento que no pasa nada, ¿me entendés?

Hacemos marchas, salimos y tratamos que sea lo más pacífico posible, tratando que nuestro rechazo por X motivo sea democrático como pueblo, pero en mi caso no veo un avance. Lo que sí veo son más impuestos y más gente inconforme; hay trabajo pero no veo que las personas tienen mejor calidad de vida; no hay buena salud, no hay buenas carreteras en la ciudades, no hay bici rutas completas para los estudiantes y trabajadores, etcétera. Sin embargo, sí he decidido que estoy en un momento en el cual me voy a adaptar al paupérrimo aumento del salario mínimo, a la reforma tributaria y al increíble precio de los combustibles.

Soy un trabajador independiente y para cobrar mis trabajos por prestación de servicios, tengo que mostrar el recibo que he pagado salud, pensión y ARP, pero como soy independiente a veces no tengo para pagar las prestaciones y me toca salir corriendo a pedir prestado para que me puedan pagar (muchos saben lo engorroso que es esto). Así que si por todos los lados nos están exigiendo e imponiendo cosas, la única forma para hacerme escuchar, sentar mi voz de rechazo, exigir e imponer mis opiniones, es con mi única arma. Escribir.

Que los emprendedores tengan más facilidad para conseguir contratos, que no haya tantos trámites para poder desarrollar proyectos e ideas, que los campesinos tengan mejor calidad de vida. En fin, si nos van a imponer yo me adapto, pero también que nos respondan porque tampoco es chévere que si nos van a implantar leyes y normas,  la corrupción y la guerra continúen, y el país no se avance. —

Esto fue lo que le dije a mi amigo y creo que muchos de ustedes lo entenderán. Pero la verdad fue que él se quedó en silencio, y con el sentimiento con el que le respondí y por la mirada que tenía, creo que generé una reflexión en él.

No obstante, ya no siento las marchas como las sentía hace unos años cuando estaba en la Universidad, pues confieso que ya no quiero más de lo mismo: marchas con formas, estructuras e imágenes del Ché Guevara que le exigen al Estado Colombiano que salga de ese estado cíclico de Corrupción + Guerra ꞊ No avanzamos.  A esto agregó que el cambio primero viene desde nuestro interior.

Se viene un acuerdo de paz del cuál he leído y escuchado cosas muy interesantes para nosotros como colombianos, pero siento que para que esta oportunidad de cambio no se desperdicie, el cambio tiene que ser de pensamientos, valores y espiritualidad. Cambiar nuestra forma de pensar, de actuar y de ver al otro colombiano.

Pienso que debería existir una marcha nacional que nos haga regresar a nuestros valores y principios, sobre todo a nuestra parte espiritual para tener la mirada fija en el otro y poder exigir.

Este año es un momento bien importante para lo cual, si queremos paz, equidad y seguridad, tenemos que salirnos de la zona de confort donde observamos la corrupción y la guerra,  mirar nuestro interior y reflexionar si estamos o no actuando con honestidad, amor y lealtad en el entorno que nos rodea, porque mientras no haya un cambio en nuestro interior, no creo que haya un cambio en el país.


sensacion paro 2

Para finalizar, apoyo la marcha del 24, pero si al final el estado aprueba los temas que más nos afectan a los colombianos de a pie, a los emprendedores e independientes, debo decir que jamás cargaré un fusil para exigir calidad en la educación, en el trabajo y en la salud, porque simplemente prefiero adaptarme a la sensación amarga de un paro nacional y buscar las paz a mi manera como lo hace este chico.