Ese es tu deber
Imagino que hay un paraíso
regido por la verosimilitud del periodismo.
Ningún infierno debajo de nosotros
mientras la profundidad,
la libertad de la prosa
y la precisión de la poesía,
hacen su trabajo.
La paz…
El mundo será uno solo cuando sientas la mística del amor en el aire.
Cuando te abraces con tu enemigo
y celebren el fin de la violencia con champaña o vino tinto
en una tina llena de agua caliente.
Sin embargo,
debes ser fuerte y seguir el camino
porque no perteneces a esto.
Cuando nos tomemos de la mano con ternura,
estoy seguro que hallaremos el camino.
En el día y en la noche,
le abriremos la puerta a la paz
y las lagrimas dejarán de caer del cielo.
Por eso te invito a que salgas de ahí.
Deja de cuestionarlo todo.
Déjame llevar la flores
y trae la música;
destapemos nuestra alegría sin tener angustia
porque como te dije el domingo en la mañana:
No perteneces a esto.
Y yo tampoco.
Deja de publicar tu soledad frente al espejo.
Aprende a decir te amo sin miedo antes que se vaya el tren,
porque desde hace ocho años
se que el amor quiere estar contigo.
… Espero que profundamente lo sientas.
¿Te doy un consejo?
Sigue construyendo una muralla de confianza en el borde del mundo,
abraza a quién no entiende tus preguntas
y escucha Je Bois de Boris Vian
mientras escribes algo de poesía para ahogar las penas.
Cunando despiertes
comprenderás que la vida es tan extraña y tan real
que no vale la pena ser mujeriego
ni mucho menos ninfómana para olvidarte de mañana.
Ahora tienes un corazón tan grande como cualquiera de estos ángeles que están en este momento a nuestro lado, y debes cuidarlo.
Ese es tu deber.