Vie. Mar 29th, 2024

Hoy amanecí un poco taciturno, sin esperanza y con algunas lágrimas en mi rostro; lleno de preguntas sin respuestas.

Mirando el amancer, no sabía si este país va de mal en peor o de peor a bien, pero sucede que ese debate me dejó agotado. 

La moción de censura a Carrasquilla frente a mí y las noticias que han publicado los diarios, me tienen taciturno.

Después de tantas acusaciones y del show que hizo el representante Fabian Díaz, la plata que tiene Carrasquilla no la tiene entre el bolsillo sino que está en otra parte, pero no explica dónde.

Entonces, si marchamos para exigir justicia por los 117 municipios que están pobres y sin agua, ¿suspenderán o expulsarán del cargo a Carrasquilla?

Y para colmo de males, el proyecto que busca reducir los salarios de los altos funcionarios del Estado, especialmente los congresistas, se hundió.

¿Dónde está la ética del congreso, el senado, la cámara, hasta la del presidente?

Si solamente son 30 municipios los que tienen resultados para mostrar, los colombianos no podemos exigir justicia por temor a que nos maten o que nos callen, como han callado a más de 138 lideres sociales, y eso que yo no soy un líder social.

¿Cómo convertir este país en algo diferente? ¿Cómo hacer para que los que gobiernan, dejen de ver las cosas tan folclóricamente?

¿Qué hacer para que no sea el folclor con el  ven nuestra la realidad, la única esperanza de este país?

Por eso, cuando veo que las cosas que son importantes para Colombia se convierten en folclor, me agarra una incertidumbre que no me deja tranquilo.

Así que mientras le encuentro solución a esta angustia, seguiré buscando en la verdad, el único medicamento que me mantiene con optimismo.

¡Dios bendiga a Colombia!