Vie. May 17th, 2024

Estas bandas criminales son solo un efecto de la ampliación de la violencia armada presentada en las zonas rurales de Bogotá y del aumento progresivo de la pobreza.

A Bogotá están migrando todo tipo de violencias que se dan en otras regiones del país, pues algunas bandas criminales se han visto inmersas en las zonas rurales de esta ciudad, afectando las dinámicas de la población.

Por ejemplo, en Bosa las alarmas se encendieron cuando en un asadero ubicado en el sector Bosa Brasil asesinaron a uno de los empleados, según, por una extorsión de una banda criminal. 

De acuerdo con el Boletín Mensual de Indicadores de Seguridad y Convivencia en la localidad de Bosa, para el 2020 la delincuencia aumentó considerablemente frente al 2019.

Cabe decir que después de la pandemia, esta situación se ha transformado, logrando calar en las urbes, donde bandas criminales como el Clan del Golfo, el Tren de Aragua, Los Boyacos, Los Pereiranos, entre otros, se desplazan por todas las zonas rurales de Bogotá. 

Esta violencia, ha generado que las víctimas de extorsión se desplacen hacía otros sectores de la capital, sin embargo, muchos prefieren quedarse en su barrio porque no tienen recursos que les permita salir de esa situación.

Además, las alcaldías locales de Bogotá para marzo del presente año, registraron un aumento en los crímenes causados por estas bandas en los sectores de Bosa, Usme, Ciudad Bolívar, Usaquén, Kennedy, entre otros, cuya política de seguridad no está siendo suficiente ni eficiente.

Es decir, la violencia en las localidades de Bogotá, aunque es derivada de los grupos armados, a su vez, es una consecuencia de la expansión de la violencia en el país luego de haber pasado por reestructuraciones políticas y por las condiciones de pobreza que dejó la pandemia.

Una comerciante del sector Alina*, afirma que su percepción de la zona es que la delincuencia ha aumentado en el área, no se siente segura y considera que las autoridades, aunque hacen presencia diaria y en grupos, no muestran seguridad. En cuanto a panfletos o avisos por extorsión, no está segura de la presencia de estas bandas, solo siente que es un sector inseguro por todo lo que ve en la calle.

En definitiva, estas bandas criminales son solo un efecto de la ampliación de la violencia armada presentada en las zonas rurales de Bogotá y del aumento progresivo de la pobreza, ya que estas se adaptan a las condiciones de vida de las municipalidades para poder tomar control sobre las zonas, aprovechando la poca capacidad de las instituciones por generar planes de seguridad estructurados que confronten de modo eficiente esta violencia.

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